Por primera vez en su historia, el GAT enfrentaba un torneo bajo la batuta de un DT extranjero... las expectativas eran altas, altísimas, pues el Profe Romano y sus muchachos tenían facilidades que nunca antes el club había tenido: tres balones oficiales para entrenar, conitos y linimento en spray. La recolección de las cuotas monetarias por adelantado fue un éxito, permitiéndole al equipo entrenar en canchas como la de Compensar, el Parque Nacional y la Autopista con 137, sin preocuparse por juntar “las moneditas del entreno de hoy”...
3 de abril de 2007
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