Las encuestas no mienten, y aunque Balde sigue apareciendo como un elemento nocivo para el club, no es nada comparado con la ajetreada vida social de los jugadreos del GAT quines anteponen asados, bautizos, primeras comuniones, brunchs, medias nueves y una amplia gama de eventos gastronómicos, en vez de hacer deporte y cumplir la cita con el glorioso tiburon.
17 de septiembre de 2009
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